sábado, 20 de marzo de 2010

MIS TRABAJOS


Escribo desde una Rivera Hernández más luminosa tal vez que la última que describí. Sigue oliendo a lo mismo, exactamente a lo mismo (de hecho ahora también huele a plástico y basura quemada en cada puerta de cada casa), los mismos niños siguen igual de descalzos saltando entre el mismo fango y los disparos anónimos siguen siendo la misma rutinaria letanía nocturna. Pero ahora es más luminosa. Ahora también cuenta con el encanto de la música latina sonando entrecortada a través de la radio desvencijada de una pulpería y con la maravilla cromática de los puestos de fruta en cada esquina, con la peculiar sensación de sentirse constantemente minoría étnica entre garífunas y mayas y con esa forma tan dulce que tiene la gente de pronunciar la jota y la zeta, con niños que sonríen al verme, me llaman “papá” y me acarician la barba asombrados y con la pachorra extrema del hondureño medio (que antes me provocaba desesperación y ahora risa) que es capaz de ir caminando a paso normal, casi lento, hacia el autobús que le espera, lleno de gente, desde que le ha visto al fondo de la calle dos minutos antes. Esto último me ha hecho reflexionar sobre la posibilidad seria de que Alberto sea hondureño.

Escribo también algo enfermo. Se conoce que he debido de agarrar un virus estos últimos días y he estado vomitando y con mal cuerpo y, aunque ya estoy más o menos bien, me siento algo débil todavía. Dicho esto, discúlpenme si deliro a lo largo de este texto en el que voy a hablar, por fin, de mis trabajos aquí en Honduras. Ahora mismo hace sol tras unos días de lluvias fuertes, Coco se sigue paseando sobre mi cabeza y estoy escuchando ‘Bad’ de U2 (un temón).

Para que el texto quede lo más explicativo posible y evitar caer en la tentación siempre presente del chapazo, voy a desarrollar mis distintas ocupaciones por puntos. La cosa sería así:

*Dispensario de salud: Aquí dedico la mayor parte de mi tiempo. Me hace las veces también de lugar oficial de trabajo. Tanto es así que he alcanzado el nivel, al menos en lo laboral, del gran periodista Ladis García Miravet y tengo “despacho” propio. El dispensario está situado a la puerta de mi casa dentro del mismo complejo donde desarrollo gran parte de mis actividades (como veis, sigo sin matarme para llegar al curro). En este mismo complejo, conocido como Padre Claret, hay también una guardería, una iglesia, la casita de unas hermanas franciscanas encargadas del trabajo social en el sector y que me están dando remedios naturales para que me ponga güeno de la tripa, unas canchas de baloncesto para los jóvenes y un salón social de usos múltiples (donde se dan desde clases de apoyo hasta reuniones de la Resistencia). En el dispensario, donde se atiende a toda la población del sector dándoles servicios de atención primaria, vacunación, odontología, ginecología, pediatría y geriatría a precios adaptados a sus posibilidades y se les ofrecen las medicinas, estoy trabajando en la elaboración de un proyecto de desarrollo en salud que queremos presentar, a través de Proclade, a algún financiador. El proyecto en sí es una pasada y consta, entre otras cosas, de jornadas médicas especializadas, capacitación de líderes comunitarios en salud, campañas de información y prevención sobre desnutrición y enfermedades de transmisión sexual y trabajar en una red de salud social para todo el sector. Como veis, es fascinante, pero lleva mucho trabajo organizar y proyectarlo todo. Me está dando, eso sí, la posibilidad de estar en contacto diario con los más débiles de entre los débiles y escucharles y aprender de ellos. Es por este proyecto por el que en breve tendré que visitar al alcalde de San Pedro Sula para pedirle responsabilidades en un trabajo que ahora mismo estamos haciendo nosotros pero que debería depender de él (este es el único dispensario de salud en toda la Rivera Hernández. O vienen aquí o se van a una clínica privada que no pueden pagar) (Ojo! Con mi sueldo yo tampoco podría pagar una clínica aquí. Ya os hablaré otro día de precios).

*Proyecto de agua potable en El Porvenir: De este proyecto y de sus gentes estoy enamorado. El Porvenir es una aldea situada a las afueras de San Pedro Sula, muy cerquita del basurero municipal pero lo suficientemente alejada como para sentir, entre medias de esa naturaleza exuberante, que se está muy próximo al paraíso. Esta aldea nació con lo que se conoce por aquí como una invasión, que es mucho más frecuente de lo que pudiera parecer. Consiste en que, dada la cantidad de campos y tierras inutilizadas que existen en Honduras en manos de terratenientes que las tienen muertas de risa y la necesidad que tiene la gente de instalarse en algún sitio y trabajar, llegan, se plantan en los terrenos, los invaden y negocian con el dueño en qué forma le pagan. Esto, aunque puede sonar de primeras como muy jevi metal, realmente es una bendición para el propietario de las tierras, pues de otra forma no les sacaría ningún provecho (a los corruptos y a los ladrones no les gusta trabajar) y así tienen carta blanca para aprovecharse y pisotear a los que han ido a “sus” campos en busca de una vida mejor. Los que invaden, por lo general, son campesinos que se acercan a la ciudad en busca de un mejor futuro y, como no tienen donde vivir, se quedan lo más cerca que pueden. Para que os hagáis una idea, la Rivera Hernández en su día fue una invasión. Pues en esta invasión realizada hace ya trece años y conocida hoy como El Porvenir (todo hondureño lleva un soñador dentro), Proclade está desarrollando el proyecto de una red de distribución de agua potable para toda la población. A mí me toca hacer el seguimiento de todo el proyecto, lo que supone convivir con la gente admirable del patronato de allí y compartir sus luchas y sus esperanzas, pelearme con el alcalde de Choloma (municipio al que pertenece El Porvenir y del que ya os hablaré en otra carta)(un personaje), entenderme y hacerme entender con ingenieros, mover a medios de comunicación y denunciar cara a cara al terrateniente explotador de turno. En este proyecto estoy aprendiendo muchísimo, tanto de cuestiones técnicas (Chus, de aquí a nada estaré en condiciones de enviar preguntas a tu blog) (ya me tuteo con ingenieros, yo, un poeta…), como de cuestiones sociales, pero sobretodo de la capacidad de lucha de las personas que creen en la justicia. Don Ramón, el presidente del patronato de El Porvenir, un campesino al que admiro que este verano cumple 60 años (como mi Johnsito) y que tiene una vida digna de una novela épica, me demuestra con su hacer humilde, sincero y valiente que esto de la Resistencia no es de ahora aunque ahora esté en boga, que es una cosa que siempre ha pertenecido al pueblo y que late.

*Paso a Paso: De esta gente ya os he hablado en anteriores entradas. Aquí voy como voluntario a echar una mano en lo que haga falta dos tardes por semana, los martes y los viernes. Paso a Paso es un programa socioeducativo que nació en la Rivera hace justo esta semana ocho años (de hecho hoy están de celebración y luego me pasaré por ahí) que se dedica a dar un espacio a los jóvenes del sector. Con el objetivo de sacar a los adolescentes de las calles y del constante peligro de las maras, les ofrecen apoyo escolar, educación en valores, talleres, alimentación y, sobretodo, mucho cariño. Un cariño que los chavales te saben devolver con creces. En seguida te toman confianza y te abrazan con una naturalidad que, en medio de tanta violencia y tantas precauciones, cuando uno se lo replantea en la soledad de su casa, emociona. Echo mucho de menos abrazos sinceros, fuertes, y allí los regalan. El programa está coordinado, como ya dije, por Silvia y Óscar, dos misioneros laicos españoles más o menos de mi quinta que están aquí desde la fundación de esto y con los que también aprovecho para ir al cine de vez en cuando o para salir a tomar un jugo por ahí. Me cuidan. Mi labor en Paso a Paso consiste sobretodo en echar una mano en las labores de apoyo escolar y en campañas específicas como la que vamos a hacer con motivo del Día del Libro (y que va a ser la leche) (¿o realmente creíais que me iba a quedar sin celebrar el 23 de abril?). Me ayuda a recuperar sensaciones de cuando era monitor y a trabajar con ilusión y fuerzas renovadas por esos muchachos.

*Plan 20: Este es un programa del dispensario de salud de apoyo a personas afectadas por VIH. Nos reunimos una vez a la semana para impartir talleres de autoestima y calidad de vida para que aprendan a vivir con su enfermedad y también para realizar actividades que, a modo de terapia, pueda ayudarles a recuperar sus ganas de insertarse en esta sociedad complicada (estamos trabajando en la posibilidad de crear una cooperativa de venta de tortillas de harina mediante microcréditos). Son en su mayoría mujeres que viven en situación de pobreza o de extrema pobreza que necesitan mucho apoyo y mucha escucha. Por aquí los prejuicios machistas están a la orden del día hasta extremos de nausea y estás mujeres muchas veces han acabado como han acabado por la negativa del macho a usar condón. Si no hay pelo con pelo no les gusta, dicen. Como apunte diré que este programa, que es de la iglesia católica, no sólo enseña a utilizar el preservativo, sino que recomienda encarecidamente su uso para tener una vida sexual placentera y sana y los proporciona cuando son solicitados. Lo que digan los ratzingers, roucos y demás señores mayores encerrados en sus palacios europeos no preocupa mucho por aquí (otro gesto profético del pueblo latinoamericano). Aquí la urgencia está entre la vida y la muerte. Y Jesús, si de verdad nos quiere, está con la vida y, por tanto, con el uso del preservativo para evitar tanta muerte innecesaria. Escuchar a estas mujeres, compartir su vida, su sufrimientos y sus esperanzas, abre los ojos al mundo de verdad.

*El maestro en casa: Me he apuntado también a dar clases de Lengua los domingos por la tarde a un grupo de primero de bachillerato dentro de un programa de apoyo escolar que existe en el sector. Aquí estoy muy poquito tiempo (las clases duran cuarenta minutos), pero me trae la nostalgia de los tiempos de profe en El Pardo. Ellos agradecen otra forma de dar clase y yo agradezco sus ganas de aprender. Algunas veces se acercan a casa entre semana para resolver dudas y demás porque el tiempo de la clase se queda muy cortito. Son muy salaos.

Y, aparte de todo esto que os he contado, también colaboro en diversas tareas de la parroquia donde estoy metido (como el campamento para jóvenes que tenemos la semana después de Semana Santa), estoy metido en la elaboración de una revista que queremos que vea la luz en tres meses y de la que ya os hablaré más detenidamente, es posible que me llamen el mes que viene para trabajar en una de las radios de por aquí para estar de colaborador y contertulio en un programa de actualidad y hago el seguimiento de otros dos proyectos de Proclade que, por ahora y para que las cosas salgan bien, es preferible no publicar demasiado y de los que también os hablaré más adelante porque son fascinantes.

Como podéis ver, mi agenda madrileña ha digievolucionado en agenda hondureña con los mismos espacios para parar quieto… Lo cierto es que es un lujazo el poder exprimir el tiempo de una forma en la que se tocan tantos palos distintos. Espero que esta carta os haya servido para enteraros un poco mejor de qué es exactamente lo que estoy haciendo por aquí. En futuras entradas, iré especificando más cositas. Y ahora os dejo, que al final este ha sido un chapazo de dimensiones legendarias y no es mi intención aburriros.

Os quiero mucho y hoy, cuando hace ya dos meses que despegué, os echo mucho de menos.

Gracias por estar ahí.

14 comentarios:

  1. Miguel, se te ha olvidado hablarnos de la otra persona que se reparte las tareas contigo, porque si no, no me lo explico. Sólo te falta instaurar una sede temporal del mercadillo medieval.

    Mucha envidia da usted, querido. Max Estrella y El Círculo te echarán de menos este año. Yo, para no ser menos (pero sólo para no ser menos) también.
    Un beso

    ResponderEliminar
  2. Alucino...estoy convencida de que no haces más cosas porque (aparte de que no hay tiempo material) no hay nada más que hacer...te has metido con un poquito de todo!! jaajajaja
    ya nos irás contando más cosillas, que sino nos vamos a creer que estás de vacaciones en alguna isla paradisíaca (yo todavía lo creo)...
    Un besazo grande!

    ResponderEliminar
  3. maquinon..así sí se cambia el mundo..
    el año q viene me voy yo para allá...
    quiero conocer al coco
    :)
    aranchini

    ResponderEliminar
  4. Qué grande hermano. Sólo leer estas líneas sirve para revivir todo aquello. A mí me quedó un especial buen sabor de boca de plan 20. Cuando estuve con ellas, coincidió que había una mujer que estaba ya muy mal, y era su hija la que acudías a las terapias para después contárselo a su mamá. Además, coincidimos el primer día de una de las chicas, y no se nos borrará de la memoria ni a Charly ni a mi la acogida. Sigue llevándolo la hermana Judith?

    Jo, qué envidia, dale un besazo enorme a Silvia y a Óscar, si no hubiese salido lo de Guinea este verano, ahí que me hubiera ido fijo.

    Un abrazo enorme a ti también, hermano. A ver si te encuentro la foto de baby coco.

    ResponderEliminar
  5. Don Ramón es el vecino del Chavo de Ocho...no nos estafes.

    Harry

    ResponderEliminar
  6. Lo de los 60 años no te lo discuto....faltaría más.

    Harry.

    ResponderEliminar
  7. No me puedo creer que en honduras estén todos con su parsimonia y tú no pares quieto!!!
    Es un lujazo leerte y saber que hay alguién por ahi perdido capaz de darse tanto...de mayor quiero ser como tú! :P

    sigue peleando como solo tu sabes por todo en lo q crees!!

    un besazo!

    ResponderEliminar
  8. que ilusión que por fin nos cuentes todo lo que estas haciendo!!!
    ya echaba en falta "uno de tus chapazos"
    gracias por cambiar el mundo!!!
    por aqui tambien te echamos de mucho de menos pero lo que estás haciendo es más importante (aunque seguro que eso ya lo sabes!)
    muchos besotes y que vivas la mejor pascua de tu vida!!!

    ResponderEliminar
  9. Veo que aún te queda algún ratillo libre… estoy pensando… que me podrías dar alguna clase de cómo aprovechar el tiempo… Seguro que se apunta alguno/a más.
    ¿Has tenido tiempo para hacer las “mini fallas” en la Riviera Hernández?...
    Mejórate y descansa un poco (que eso de vez en cuando no viene mal)
    Un abrazo fuerte!!!!

    ResponderEliminar
  10. Gracias. Que no falte la esperanza, el ánimo y la alegría. Un gran abrazo, fuerte, fuerte. Ramiro.

    ResponderEliminar
  11. Si Don Ramón es el vecino del Chavo... Míguel quién es? Kiko?!!

    El Niño.

    ResponderEliminar
  12. Primero lo último! Dos meses ya! Y segundo... chico, me da mareo organizar todo eso en un horario! No me imagino como debe ser vivirlo. Los hondureños tienen que estar flipando. ;)

    Ahora en serio, me alegro que hayas encontrado tan rápido tu sitio y que estés haciendo tantas cosas y tan variadas. Eres alucinante.

    Un abrazo fuerte y sincero desde las boadillas. ;) L'Ali

    ResponderEliminar
  13. Estoy totalmente de acuerdo con Marta, vamos,q ue no haces más porque el día materialmente no da más de sí!!!!

    No te imaginas el ejemplo y la envidia que nos das, y cuídate, que empezamos con vómitos, pasamos a torcernos un tobillo y a saber como acabamos;)

    Un besito enorme, te echamos muchíííísimo de menos!!!
    Jules

    ResponderEliminar