viernes, 16 de abril de 2010

TENGO UNA MALA NOTICIA...


Amigos, amigas, estoy desolado. No sé cómo deciros esto... No quiero andarme con rodeos, así que creo que voy a tirar de los clásicos:

"Españoles... /hipido/... el Cocodrilo... /hipido//sollozo/... ha muerto"

Así, como os lo cuento, del tirón. Y lo peor es que yo, hasta cierto punto (y sólo hasta cierto punto) soy el responsable. Paso a narraros, haciendo de tripas corazón, el relato de los hechos.

Todo sucedió la tarde-noche del pasado martes. Yo me disponía a salir a hacer algo de deporte (probablemente a estas alturas del relato Carmen ya estará diciendo que mi historia hace aguas por todos lados) cuando observé que el vigilante nocturno estaba subido a una suerte de montículo de arena pegado a la guardería colindante a mi casa.

-¡Buenas noches! ¿Qué hace por ahí escalando, Don Hugo?
-¡Venga, venga, que tengo localizado al garrobo que le molesta!
-¡El cocodrilo! ¡Está ahí el cocodrilo! Quiero verlo...
-Lo vamos a cazar.
-No, hombre, si con verlo me vale.
-¿Ha probado usted la carne de garrobo?
-Pues no, la verdad es que no. ¿A qué sabe?
-Es más o menos como el pollo. Se guisa y se lo puede comer hasta en un sandwich.
-(Aggggggg... /léase como si fuese Homer babeando/... sandwich de pollo....)

En esto Don Hugo mueve unos tablones tirados por el suelo y el cocodrilo sale disparado de entre todos ellos en dirección a mi casa. Cuando pasa al lado del vigilante, este se saca váyase usted a saber de dónde un martillo (sí, señores, un jodido martillo) y, con una habilidad infinita, le machaca el cráneo (creo que puedo oír a Harry riéndose desde aquí).

-¡¡¡Pero qué hace!!!
-Cazarlo.
-¡¡¡Y por qué!!!
-Pues porque le molestaba a usted.
-P..pe..pero yo pensé que lo iba a agarrar... para que yo lo viera y eso...
-Baaaaahh... Déjese hombé... Este ya no le va a molestar más. Ya va a poder dormir tranquilo.

Ahí, frente a mí, el cuerpo inerte de cocodrilo sangrando por la cabeza. No es la primera vez que siento lo que estoy sintiendo cuando me separan forzosamente de un animal verde y molesto que en un principio se cuela en mi vida sin pedir permiso. El cuerpo de mi último compañero de piso, yace en el suelo. De pronto, puedo ver como, con una gallardía digna de un héroe clásico, levanta su cabeza, aún manando sangre, y nos mira con actitud amenazante. "¡Ese es mi Coco! ¡Vamos chico, puedes llegar hasta la casa!", grito en mi interior mientras, como último recurso, me decido a distraer con mi conversación al wachimán (hondureñismo derivado del inglés "watchmen" y no de algún vocablo maya, como en principio podría parecer). Busco las palabras adecuadas y le suelto:

-Pues... se ha quedado buena la tarde, ¿eh?
-Sí.

En esto el wachi se da la vuelta y le da tres martillazos más hasta destrozarle del todo la cabeza.

-Se creía que no le veía el ijueputa, he he he!
-Ya... je... qué bobo... el bicho... ¿eh?

Todo está perdido. Tras un último intento por salvar su vida, que le honra, el cocodrilo está definitivamente muerto.

-Bueno, me dejará que le saque una foto para enseñársela a mis amigos.
-¡Noooo! ¿Qué dice? ¡Una foto, no!
-Emm... y, exactamente, ¿por qué no?
-Pues por qué va a ser, ¡porque está prohibido cazar garrobos!
-¿Cómo? ¡¿Y por qué le ha matado?!
-Pues porque le molestaba a usted. Para que pueda dormir tranquilo. Es que estos animales están en peligro de extinción, ¿sabe?
-¿Quéééééééé?...¡¿En peligro de extinción?! Bueno, Don Hugo, gracias. Me voy a correr.

Tras mis tres horas corriendo y haciendo abdominales y flexiones (vale, tal vez aquí he exagerado un poquito el relato), vuelvo sudando hacia mi casa con la imagen del pobre cocodrilo aún en la cabeza. En la pila de fregar que hay a la puerta del dispensario de salud que está al otro lado de mi casa, frente a la guardería, el wachi se ufana en su labor bajo la tímida luz de una bombilla.

-¡Venga, Miguel Ángel, venga!
-¿Qué sucede, Don Hugo?
- ¡Mire, mire!
-¿El qué?
-¿Recuerde que le comenté lo gordo que estaba este garrobo?
-...Sí... (Ay, no...)
-¡Pues mire!

Mientras dice "¡Pues mire!" emocionado y risueño como un colegial, levanta, de las tripas abiertas y ya despellejadas de Coco, una hilera de lo que parecen pequeños huevos recubiertos por una membrana cilíndrica.

-¡Era garroba! ¡Tenía cincuenta y dos animalitos más dentro!
-Cincuenta y dos animalitos menos, Don Hugo.
-Mañana le voy a traer un poco cocinado. ¡Ya verá qué bueno!
-Muy bien, Don Hugo. Me voy a casa. Estoy cansado.

+ + +

El cocodrilo ha muerto. Larga vida al cocodrilo.
En este país sólo asesina por encargo el Gobierno... y, al parecer, yo.

Espero que comprendáis mi desolación. Es por esto que no os voy a contar hoy que estamos a 45 grados a la sombra desde hace dos semanas en San Pedro Sula, que el pasado fin de semana coordiné el primer campamento juvenil de la Rivera Hernández con casi cincuenta chavales, las historias que estoy preparando para celebrar por aquí el Día del Libro (con recitales de poesía incluidos) y algunos asuntos políticos algo preocupantes. Eso, en la próxima carta. Ahora, voy a llorar a Coco (la que resultó ser Coca)(...).

Un abrazo gigante desde este lado del mundo! Gracias una vez más por vuestros comentarios. Os quiero mucho!

7 comentarios:

  1. Si el Garrobo era Garroba y estaba preñada, ¿donde esta el Garrobo que la preño?.
    Vente pa España, que el Garrobo es rencoroso.

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  2. El cocodrilo Pornográfico era mujer!
    Menudo giro en la trama!
    TREMENDO!
    ahora que, sin fotos, cualquier indeseable que no te apreciara podría sospechar que todo esto te lo has inventado. Que tienes mucha imaginación y mucho morro tb.
    Pero eso solo lo piensa la gente mala e insatisfecha con su vida.
    A mi me parece un historión.
    Un abrazo

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  3. ¡mis mas sentidas condolencias!
    guardare un min de silencio en su honor y en el de sus criaturillas...
    ahora que leo esto me acuerdo de nuestra rata que hace mucho que no se la ve... ¿estará bien la pobre?

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  4. Ja, ja. O sea,que no era Coco sino Coca...ya,ya. Ya decía yo. Entre el cocoroco y la coca estás desvariando. Menos mal que en tus ratitos de lucidez seguro que estás hecho un buen cooperante (¿o habrá que decir coco-perante?). Ánimo y a la lucha, que con sentido del humor todo se pasa mejor (perdón, me ha salido un ripio).

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  5. No se si es verdad toda la historia o todo esto ha surgido porque (haciendo caso de tus lectores) has dejado de esnifar Relec y tus alucinaciones han desaparecido... Si es verdad me da mucha lastimita, ya me estaba acostumbrando a sus apariciones, siempre estelares, en tus relatos.
    Espero descubrir algún día cuánto de verdad contiene este blog..jejeje
    cuidate mucho y no te pongas al sol, que esas temperaturas no deben ser ni medio buenas...
    Un beso gigante!

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  6. Joder, tronco, vaya chasco... ya no hará tic-tac.
    Pobre cocodrila, de verdad, me da mucha pena...
    Menos mal que te queda el espíritu, así te podrás dormir tranquilo por las noches, porque te protege. :) :(

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