viernes, 5 de noviembre de 2010

AGUACATE PARA CUATRO


Madrugamos.
El hambre nos desvela.

Somos los peldaños de su bienestar,
de los que nunca nadie dice nada,
los olvidados, los sin voz.
Somos los perdedores.

Nosotros despertamos antes que el Sol
y morimos cuando cae el día
sin chance para ver las estrellas.
Somos silencioso cimiento.
Somos sombras de un futuro roto.
Somos la miseria.

Nosotros somos drama y absurdo.
Hemos venido al mundo a fracasar
y vivimos bajo la Ley de Caifás
donde, al que está jodido,
le joden más.

Nosotros somos sabios.

Nosotros somos viajantes de ustedes,
la voz de la conciencia del privilegio,
les mostramos el mundo al que no quieren ir.
Somos el extraradio del progreso.
Somos el corazón de la injusticia.
Somos los pies descalzos y el pantalón chuco.
Somos el pelo desordenado y el sudor.

Somos aquellos que tienen el derecho
de morir por miles,
de sucumbir para su solidaridad de ustedes,
de ofrendar su vida al tiempo.

Nos ahogamos en la tormenta,
nos quemamos en la sequía,
sucumbimos bajo el temblor.
Somos los que existen allá
donde no existe Dios.

Somos la enfermedad curable
y la nutrición dudosa.
Menú de sopa, tortilla, frijoles
y aguacate para cuatro.
Somos lo que no quieren
para sus hijos,
lo que creen que ya no existe.
Somos sarna,
y cólera
y malaria.
Somos resignación
y nudo de intestinos.

Nosotros recortamos los campos
que un día les vestirán
mientras ustedes recortan la ayuda
que nunca les pedimos.

Somos quien baja a la mina,
somos quien siembra el maíz,
somos quien recoge el azúcar.
Somos los que rompen surcos con las manos
en la tierra de nuestros padres.
Somos los que añoran la tierra de nuestros padres.

Nosotros no estamos preparados para ubicar palabras
pero clamamos Justicia al viento,
la gritamos con nuestros ojos,
con nuestros pies de tierra
y nuestras manos de agua,
con nuestra expresión ancestral,
serena.

Somos los que nunca nadie nada.
Somos los perdedores.

Somos quena y flautas de pan
y marimbas
y melodías tristes.
Somos pueblo empobrecido de ustedes.
Somos café y yuca.
Somos los Andes y el altiplano.
Somos la selva y la cascada.
Somos la playa.
Somos el mar.

Nosotros somos el Sur.

4 comentarios:

  1. ¡Qué tristemente bello este poema! Tiene la belleza de lo verdadero, aunque no resulte agradable el panorama que describe.
    En el M+J estaría muy bien adoptarlo como seña de identidad, o aprendérnoslo de memoria todos sus miembros, para que no se nos olvide de quiénes estamos hablando, por quiénes estamos en esto, quiénes son los que nos fundamentan.

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  2. Hermoso, caballero. Hermoso caballero. Pero triste, caballero. Triste caballero.

    Besos a raudales desde el lado favorable de la injusticia.

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  3. y mis alumnos se permiten el lujo de hacer el gilipollas....

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  4. El SUR que ya también es mi casa...
    Ya me gustó en Honduras, pero desde este lado...como me vuelvas a hacer llorar así te "achucho" a Miss Potato y le pago el viaje de vuelta a Honduras!!
    Un beso muy fuerte

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